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domingo, 28 de noviembre de 2010

Algo acerca del agua.



Algo que saber acerca del agua.
Eric Pantoja 


En México cerca de 80% del agua se descarga al mar sin haberse utilizado
             Todo lo anterior dicho para resaltar la idea de que la mayor parte del agua disponible de nuestro país prácticamente se desperdicia tirándola al mar.
             La palabra desperdiciar suena fuerte, probablemente increíble, pero el agua que regresa al mar es prácticamente irrecuperable por la humanidad, de no ser por el ciclo hidrológico.
Mi pregunta siempre ha sido: entonces ¿por que la idea de escasez? ¿Si prácticamente solo usamos el 17% del agua disponible?

       -El ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los distintos compartimentos de la hidrósfera. O sea, el movimiento en sus distintos estados a través del planeta.La podemos encontrar en la atmósfera, los océanos además de, sobre y bajo la superficie de la tierra.  
                                                                                                                                                             Por tal motivo algunos especialistas afirman que los volúmenes de agua se conservan de manera similar desde épocas primigenias del planeta. Ya que el agua no se consume como el petróleo, no se quema, no se desgasta. Solo cambia de estado. Sin embargo, no quiere decir que esto no pueda ser diferente en el futuro.

         -Entonces a pesar de existir en abundancia desde hace millones de años, el problema con el agua es que solo el 2.5 % del agua es dulce.
         - Por su parte, aunque las aguas superficiales (es decir, lagos, embalses, ríos, arroyos y humedales) retienen un pequeño porcentaje del total de los recursos de agua dulce de la Tierra (0.3%), representan cerca de 80% de las aguas superficiales renovables anualmente.
         -La disponibilidad media natural de agua en México es de 458 kilómetros cúbicos de agua en promedio al año.
         -La mayor parte de los escurrimientos superficiales del país se canalizan por los grandes ríos: los siete principales (Grijalva-Usumacinta, Papaloapan, Pánuco, Coatzacoalcos, Balsas, Santiago y Tonalá) captan, en conjunto, 65% del escurrimiento superficial.
         -El escurrimiento superficial también muestra variaciones importantes en la geografía del país. Del volumen promedio de agua disponible, 83% (378.4 km3) escurre superficialmente y el resto (79.6 km3) se incorpora a los acuíferos.
         -En la región de la Frontera Sur escurre cerca de 37% mientras que en las penínsulas de Baja California y Yucatán el escurrimiento superficial es mínimo y cercano a 1%.
         -La capacidad de almacenamiento de las cerca de 4 mil presas existentes, es de 150 kilómetros cúbicos, que equivale a 40% del escurrimiento promedio anual del país. Pero no toda el agua que se almacena en las presas y otros embalses tiene algún uso consuntivo (es decir, agropecuario, público o industrial)

Cerca de 80% del agua se descarga al mar sin haberse consumido.
          -De los 150 kilómetros cúbicos disponibles en las presas del país, mas lo que escurre en ríos, solo 50.0 km3 se concesionan para utilizarlos.
           -Se concesionan para ser utilizados 78.9km3 aproximadamente 50.0 de fuentes superficiales y 28.9 de fuentes subterráneas. Según datos de Conagua del 2007
Volúmenes concesionados para usos consuntivos, por entidad federativa, 2007 78 .9496 km3http://www.conagua.gob.mx/CONAGUA07/Publicaciones/Publicaciones/EAM_2008.pdf
           -El porcentaje que representa el agua utilizada para usos consuntivos respecto a la disponibilidad total es un indicador del grado de presión que se ejerce sobre el recurso hídrico en un país, cuenca o región. Se considera que si el porcentaje es mayor al 40%, se ejerce una fuerte presión sobre el recurso.
            -El país en su conjunto experimenta un grado de presión del 17%, lo cual se considera de nivel moderado; sin embargo, la zona centro, norte y noroeste del país experimenta un grado de presión del 47%, lo cual se considera como presión fuerte sobre el recurso.

En México cerca de 80% del agua se descarga al mar sin haberse utilizado
             Todo lo anterior dicho para resaltar la idea de que la mayor parte del agua disponible de nuestro país prácticamente se desperdicia tirándola al mar.
La palabra desperdiciar suena fuerte, probablemente increíble, pero el agua que regresa al mar es prácticamente irrecuperable por la humanidad, de no ser por el ciclo hidrológico.
Mi pregunta siempre ha sido: entonces ¿por que la idea de escasez? ¿Si prácticamente solo usamos el 17% del agua disponible?

              Primero hay que recordar que el agua es “no solo un bien de la humanidad” sino de la vida en el planeta. Y que sí los volúmenes de agua no varían prácticamente, la población mundial si. Nos toca menos agua por persona. En México la disponibilidad natural media per cápita, que resulta de dividir el valor nacional entre el número de habitantes, ha disminuido de 18 035 m³/hab/año en 1950 a tan sólo 4 312 en el 2007.
               Por un lado esta idea de relativa abundancia no promueve una cultura de ahorro o racionalización. Los gobiernos de todos los niveles solo se preocupan de proporcionar el servicio en lugar de invertir en infraestructura para programar un uso racional del vital líquido.
               Por otro lado disponibilidad, desperdicio y contaminación del agua además de diferencias territoriales importantes que son desfavorables y el cambio climático. Son los principales argumentos de la idea de escasez.
               Sin embargo la idea de escasez genera que los productos aumenten su valor. Recuerdo cuando era niño haber oído una nota acerca de que productores de café de Brasil tiraron su producto al mar para provocar escasez y mejorar su precio.
               Como otras muchas situaciones que vivimos, el problema del agua no es atendido apropósito, para que posteriormente el negocio sea más jugoso. 
               Un litro de agua embotellada tiene prácticamente el mismo precio que un litro de gasolina. Y obviamente no tiene los mismos costos de producción. Es más costoso extraer hidrocarburos y después refinarlos para obtener gasolina, que recoger el agua prácticamente de la superficie.
                De este modo la escasez del agua en todo el mundo genera una conciencia acerca de su valor real para la humanidad. Pero también la vuelve un excelente negocio. Lo cual me influye una cierta desconfianza de estos argumentos de la escasez... Nunca he confiado en los vendedores.
Argumentos de la escasez del agua
a.-Disponibilidad: cada vez es más difícil conseguir agua. Falta infraestructura.
b.-Desperdicio: no se ha creado una cultura del uso racional del vital líquido. Falta educación.
c.-Contaminación del agua: definitivamente la mayor parte del agua disponible del país esta contaminada incluyendo aguas subterráneas. Pero la tecnología moderna esta avanzando en eliminar la mayor parte de contaminantes del líquido.
d.-Diferencias territoriales: Falta infraestructura
e.-El cambio climático: No se puede negar
f.-El sector agrícola con un sistema de riego ineficiente provoca que las pérdidas se tornen monumentales: pero genera alimentos contribuye a la economía, y en realidad el agua que se vierte sobre la superficie de la tierra no se pierde. Recarga los acuíferos, impide el abatimiento de los mismos, y sirven como reservorios del vital líquido para después ser aprovechados nuevamente para su utilización.

          Dicho esto si el agua tiene el mismo precio que la gasolina, nunca he entendido ¿por qué no se invierte en infraestructura hidráulica para distribuir agua a todo el país como se hace con los hidrocarburos?
          El altiplano mexicano está abandonado, su gente emigra a la pesadilla americana, se producen muy pocos alimentos, y por el contrario se importan grandes cantidades desde estados unidos. Se tira la mayor parte del agua al mar y se pone en manos de compañías como Iberdrola, el control de las grandes presas de México.
          Cuando debería ser que distribuyendo el vital líquido para producir alimentos se generarían empleos, se reduciría la migración, se recargarían los mantos freáticos, en fin, se produciría riqueza nacional. Y no se hace, no me queda más que pensar que el manejo del agua que se hace por parte del gobierno de nuestro país, tiene la finalidad, de producir miseria y otra vez enriquecer sola a unos cuantos.
           Ahora que está de moda en todos los sectores y todas las ideologías la protección de los recursos naturales y el desarrollo sustentable, me queda claro que el ambientalismo puede también ser manipulado para beneficiar intereses oscuros.
            Me queda claro también que la protección de los recursos, debe estar sustentado desde un puto de vista social, no de intereses privados. La defensa de nuestros recursos es una tarea de la comunidad, la gente común debemos tomar esta tarea en nuestras manos y obligar al gobierno y a  las generaciones que vienen a mantener el control, poniendo a la ciencia a trabajar para este fin  pero sobretodo, para protegerlos. 
              Bienvenida la discusiòn.

viernes, 26 de noviembre de 2010

REDD++ y pueblos indígenas


Ana de Ita


http://www.jornada.unam.mx/2010/09/18/index.php?section=politica&article=019a1pol

El gobierno mexicano promoverá el Programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de los Bosques (REDD), en la 16 Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP16), que se realizará en Cancún a finales de noviembre y principios de diciembre.

Las más de 170 corporaciones trasnacionales que han promovido desde la firma del Protocolo de Kyoto los mercados de carbono como un mecanismo viable para comprar créditos por reducción de emisiones a partir de los bosques de los países del sur (mientras mantienen sus industrias contaminantes en el norte) requieren una señal positiva de que los mercados del gas progresan. Estos mercados existen aun sin el REDD y tienen como trasfondo la privatización del aire, que hasta ahora es un bien común. Por más ciencia ficción que parezca, a partir de contratos de compraventa los países industrializados están adquiriendo de los países del sur la capacidad de sus bosques de capturar carbono. Es decir, están comprando y vendiendo aire.

Las corporaciones y gobiernos que han invertido en los mercados de carbono han sido enfáticos en que el carbono debe ser una mercancía totalmente comercializable. Los bonos de carbono deben poder venderse en los mercados secundarios y de derivados, participar en los índices de precios y cotizaciones junto con el petróleo o el trigo, y comprarse tantas veces como se quiera, cotizar en bolsa y entrar a mercados de especulación. Para algunos analistas, el carbono puede ser el próximo activo tóxico.

Las comunidades y gobiernos que vendan sus certificados de carbono por reducción de emisiones en el mercado primario pueden verse imposibilitadas de recuperar sus bosques puestos como garantía, cuando sus certificados sean parte de los mercados de derivados.

Pero además este programa tendrá efectos directos sobre la vida de las comunidades forestales y pueblos indígenas que habitan y dependen de los bosques. En los países del sur los bosques en su mayoría son propiedad de los estados: en África, 98 por ciento; en Asia, 66 por ciento; en Latinoamérica, 33 por ciento, mientras que una mínima parte es propiedad de comunidades y pueblos indígenas. No obstante, esos bosques de propiedad estatal son el hogar de miles de pueblos nativos, que dependen de ellos para reproducirse como tales. México es una excepción, ya que como conquista de las luchas sociales, 59 por ciento de los bosques son propiedad de las comunidades y pueblos indígenas; 34 por ciento están en manos privadas, y sólo 8 por ciento son propiedad del Estado.

Entre otras implicaciones, el REDD++ afecta los derechos de uso de los pueblos nativos sobre sus bosques, y depende de qué tan autoritario es un país para imaginar sus efectos. De ahí que la Red Indígena sobre el Medio Ambiente denunció que a partir del REDD se prevé la mayor usurpación de tierras de la historia. Las experiencias ocurridas a los pueblos ogooni en Nigeria, los ogiek de Kenia y las comunidades de guaraqueçaba en Brasil son una muestra de la política de bosques cercados, con expulsión e incluso genocidio de los pueblos indígenas que los consideraban su hogar. Al aumentar el valor económico de los bosques, el interés de agentes estatales y privados por enajenarlos de las comunidades que los habitan crece.

No obstante, en México algunas organizaciones forestales están interesadas en promover el REDD++, que incluye un componente de manejo sustentable de los bosques y de conservación de reservas de carbono. Aunque sería justo y deseable que las comunidades forestales fueran compensadas por su excelente manejo y cuidado de los bosques y por el importante papel que éstos cumplen en tiempos de crisis climática, los efectos de la política ambiental sobre los pueblos nativos prenden focos rojos que atender. La política ambiental parte del supuesto de que la conservación viene de fuera, a pesar de la evidencia histórica que demuestra que los sitios naturales mejor conservados coinciden con los territorios indígenas en el país. Es la cosmovisión de los pueblos indígenas la que ha permitido la conservación de su hábitat y no las reglas ni prohibiciones de los administradores de la política ambiental internacional y nacional.

Las áreas naturales protegidas son el corolario de una política de colonización y despojo. Atentan directamente contra la propiedad social y son un instrumento moderno para expropiar el derecho de los pueblos indígenas sobre sus territorios. En un país que continúa negando el derecho a la autonomía de los más de 56 pueblos indígenas, el REDD++ se coloca como un nuevo instrumento de enajenación del control de los pueblos indígenas sobre su territorio. Las áreas protegidas de carbono que el REDD++ establecerá tendrán los mismos efectos que cualquier otra área natural protegida, en tanto que los pagos por manejo sustentable del bosque son el señuelo para que las comunidades y pueblos indígenas lo acepten.

Cambio climático: lo que está en juego en Cancún

Cambio climático: lo que está en juego en Cancún


http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/60728

Del 29 de noviembre al 10 de diciembre sesionará en Cancún la decimosexta Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16). La crisis climática es grave y lo que hay en juego en el mundo real es mucho.

Pese a esto, los gobiernos más poderosos –que son los más contaminantes y cargan con la mayor deuda climática–, con la colaboración de los anfitriones, decidieron de antemano que Cancún será sólo una parada, donde no habrá fracasos, porque no intentan un nuevo acuerdo global. Esta declaración de unos pocos, funciona como profecía auto-cumplida, ya que las decisiones se toman por consenso. Otra vez, como hicieron en Copenhague, se proponen secuestrar todo esta Convención de Naciones Unidas, para lograr lo que quieren sus trasnacionales, aunque la crisis climática empeore.

Que no haya acuerdo global, vinculante, de reducciones reales de emisiones –no a través de soluciones falsas como mercados de carbono o nuevas tecnologías– facilita que sigan cabalgando en el espurio Entendimiento de Copenhague, que no es parte de Naciones Unidas y cuyos compromisos voluntarios llevarían a un aumento de la temperatura de 3-4 grados en promedio, un escenario de catástrofe premeditada para muchos países del Sur.

Pero sí hay algunos temas –de enorme relevancia por sus nefastas consecuencias– sobre los que la mafia climática quiere lograr acuerdos en Cancún. Los principales son: la privatización del aire, a través de la privatización de facto de los bosques en todo el planeta con los programas REDD+; la creación de un mecanismo financiero que podría significar instaurar una nueva era de Programas de Ajuste Climático (parafraseando los Programas de Ajuste Estructural del FMI y Banco Mundial); y la creación de un Comité de Tecnologías para el cambio climático, tema opaco que puede cobijar la promoción de tecnologías muy dañinas, como cultivos transgénicos, geoingeniería y otras aventuras tecnológicas con fuertes impactos ambientales y sociales, además de funcionar como agencia de protección de patentes de las trasnacionales.

Tambien hay propuestas para incluir suelos y agricultura en mercados de carbono, un nuevo ataque contra la agricultura campesina, esencial para alimentar el mundo y para enfriar el planeta.

Lo más grave en la COP 16 es el intento de mundializar los programas REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques), que es uno de los mayores asaltos globales a los bienes comunes de comunidades y pueblos indígenas y campesinos. REDD+, como explico en artículos anteriores, es una moneda que con una cara premia a los grandes deforestadores (si dejan en pie un rídiculo 10 por ciento de lo que talan) y con la otra, compra comunidades forestales, como pago por servicios ambientales de absorción de carbono en sus bosques. Aunque conserven su título de propiedad, REDD significa una expropiación de los territorios, porque los pueblos ya no pueden decidir sobre ellos. (Ver Ana de Ita, REDD y pueblos indígenas, La Jornada)

Programas de servicios ambientales forestales ya existían en varios países. Hay historia de comunidades despojadas de sus territorios a partir de éstos. Pero los bosques no son aceptados dentro de la Convención de Cambio Climático como válidos para generar certificados de reducción o bonos de carbono, porque es imposible medir con exactitud cuánto CO2 realmente disminuyen.

Lo que se pretende en la COP 16 es que a través de los programas REDD+, se validen globalmente los bosques como generadores de bonos de carbono. Si esto se aprueba, se colocan todos los bosques del mundo como cotos de caza para los especuladores.

Es un banquete para un mercado deprimido por la crisis financiera: lo que se paga a las comunidades es una mínima fracción del valor de reventa de esos derechos de absorción de carbono a otras empresas y especuladores. Las empresas más sucias, las que generan más gases de efecto invernadero, con REDD+ pueden seguir contaminando, justificarse alegando que hay bosques que están absorbiendo sus emisiones, y aumentar sus ganancias con la reventa de bonos.

El problema para este negocio es que los bosques están habitados, en todo el mundo, por comunidades indígenas. Por eso, las empresas, junto a ONG conservacionistas y gobiernos, se han ensañado en vender REDD como beneficio y reconocimiento a las comunidades forestales, cuando en realidad es un despojo a gran escala.

Sin duda, las comunidades indígenas y campesinas tienen un rol fundamental para equilibrar el clima. Justamente por eso no pueden quedar a merced del mercado especulativo de las trasnacionales o de la beneficencia de ONG. Deben ser apoyadas y reconocidas en la integralidad de sus derechos, no en transacciones comerciales ni como cartas en el juego de políticos y ONG. Hablar de REDD sin intervención del mercado o con derechos indígenas, como tratan de maniobrar algunos para justificar su involucramiento, es también una trampa. Si se trata de derechos, no pueden ser programas, ni condicionados a certificación externa ni en mecanismos diseñados para el mercado, como es REDD.

Finalmente, la cereza envenenada del pastel: En REDD+ la medición de carbono se hará con una combinación de tecnología satelital y de infrarrojos, y levantamientos minuciosos en terreno (geopiratería de avanzada). Además de alienarles el territorio, permite vigilar como nunca antes a los indígenas. No sorprende que el gobierno de Chiapas firmara con Arnold Schwarzenegger, gobernador de California, para avanzar programas REDD+ en la Selva Lacandona, donde siguen resistiendo las comunidades zapatistas.

Silvia Ribeiro, Investigadora del grupo ETC

Fuente: La Jornada