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miércoles, 23 de junio de 2010

El derecho al delirio-PATAS ARRIBALA ESCUELA DEL MUNDO AL REVÉS


PATAS ARRIBA
LA ESCUELA DEL MUNDO AL REVÉS (1998)
Eduardo Galeano

La contraescuela

El derecho al delirio
Ya está naciendo el nuevo milenio. No da para tomarse el asunto demasiado en serio: al fin y al cabo, el año 2001 de los cristianos es el año 1379 de los musulmanes, el 5114 de los mayas y el 5762 de los judíos. El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta de los años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidió poner fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuando nació.
El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera.


Una invitación al vuelo

Milenio va, milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio.
La verdad sea dicha, no hay quien resista: en una fecha así, por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será. Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio.
Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:
el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;
en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;
la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor;
el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas;
la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar;
se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;
en ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;
los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;
los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;
los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;
los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;
la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;
la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;
nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene;
el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra;
la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;
nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;
los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;
los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;
la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla;
la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;
la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;
una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú;
en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;
la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;
la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;
serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;
los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar;
seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;
la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.

Radio SME: "Vamos hacia el fascismo": Monsiváis

Radio SME: "Vamos hacia el fascismo": Monsiváis

Jenaro Villamil



MÉXICO, D.F., 22 de junio (apro).- En su último manuscrito para un artículo periodístico, en vísperas de ingresar a terapia intensiva, Carlos Monsiváis escribió:


“Nada más lógico y, a su modo, más eficiente, que la estrategia de autoengaño del gobierno federal. No son los únicos, desde luego, en este laberinto de afirmaciones que parten de la irrealidad y se alojan en la realidad más profunda, aquella que habitan los manufactureros de la verdad”.


Era el 27 de marzo. Aún estaba reciente el homicidio de dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey –la misma institución que entonces dirigía como rector Rafael Rangel Sostmann, recientemente “renunciado”–, y el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, volvió a recetar en una de sus carismáticas ruedas de prensa la explicación calderonista del “fuego cruzado”, que avalaba la tesis del “daño colateral” expuesta por el secretario de la Defensa, Guillermo Galván.


“No estoy ironizando –escribió Monsiváis. ¿Cómo puede explicarse de otra manera que el secretario de Gobernación hable de la línea de fuego en el combate en el Tec de Monterrey y que los estudiantes habían estado del lado bueno y por ello resultaron asesinados por los sicarios? No lo dice en serio como secretario de Gobernación. Lo dice, y muy en serio, como poder y lector del secretario de Gobernación”.


La mejor prueba de que los poderosos no leen o no les gusta asimilar lo que leen de Monsiváis respecto de sus propias palabras nos la acaba de recetar el mismo personaje. Fernando Gómez Mont, tan perspicaz como siempre, acaba de descubrir que el problema de la violencia en el país no es la violencia misma, sino el lenguaje utilizado por los medios.


En sintonía con su jefe, Felipe Calderón, quien publicó sendos desplegados dominicales y declamó en “cadena nacional” que si hay 22 mil muertos es porque su administración ha sido muy valiente y los narcos sólo se matan entre sí (esa especie de endogamia del crimen que exenta al Estado de la responsabilidad en función de la justicia), Gómez Mont declaró el pasado lunes 21, en Ixtapan de la Sal, que la violencia es heredada y que los medios no han contextualizado como debieran lo que está ocurriendo.


“Hay un falso debate entre contar y no contar historias –afirmó Gómez Mont. Reconozco la limitada capacidad para comunicar estrategias de seguridad. Tampoco vengo a pedir aplausos; no vengo a pedir que se callen, sino que contextualicen (El contexto es una manera de censura voluntariamente asumida, diría la R., me dicta Monsiváis desde el más acá). No les vengo a pedir que tapen la violencia, sino que cuando la cuenten la pongan en contexto.


“Desde antes de que el presidente Calderón asumiera el poder ya había violencia importante y sostenida; había procesos contenidos y cubiertos. El gobierno apostó por reconstruir las instituciones, porque la democracia no le heredó al país cuerpos confiables de seguridad”.


La última frase es un prodigio. Una perla de Por mi Madre, Bohemios. “La democracia no le heredó cuerpos confiables de seguridad”, resuena el reclamo de Gómez Mont. Si es así, entonces, para contextualizar, hay que decir que ante cada masacre, ante cada “fuego cruzado”, ante todos los “daños colaterales”, ante las confusiones de policías nerviosos o de militares enviados a una guerra sin estrategia, que el gobierno federal es heroico porque está construyendo democracia.


Por estas mismas razones, en las últimas entregas de Por mi Madre, Bohemios, Monsiváis me decía sin ningún dejo de ironía: “vamos hacia el facismo”. Y no le faltaba razón: veía venir la ceremonia de lavado de manos frente a la tragedia de la guardería ABC; la paramilitarización del discurso oficial (tan bien representada por Genaro García Luna), y lo que hoy se convierte, a pesar del enorme distractor del Mundial de Futbol Sudáfrica 2010, en una realidad apabullante: el calderonismo continuó con la polarización social que inició en 2006, cuando decidió decretar que ellos nos salvarían de un “peligro para México”. Y el peligro son ellos.

www.jenarovillamil.wordpress.com

martes, 15 de junio de 2010

Pobre México nuestro tan “cerca” del fútbol y tan lejos de la ciencia

El 4 de Junio de 2007, Carolina Aranda Cruz (11años) leyó este discurso (escrito por ella) en el Congreso Mexicano de Pediatría, en el WTC de la Ciudad de México.
“A las personas de hoy casi no les interesa la ciencia; les interesa más el fútbol. Los periódicos pocas veces tienen notas de ciencia y la radio y la televisión casi nunca. Sólo publican cuando ocurre algo que no pueden ocultar, como cuando llegó a la luna Neil Armstrong.
Todos los días aparecen notas de fútbol, entrevistas con jugadores y hasta nos cuentan chismes de su vida: que si Galilea Montijo fue novia de Cuauhtémoc Blanco… pero no toman en cuenta que tenemos derecho a estar bien informados sobre ciencia. Y así como sabemos tanto de fútbol sabemos tan poco y tan mal de nuestros científicos que da pena. Ese es el caso de Guillermo Haro. Guillermo Haro, astrónomo mexicano, descubrió cometas y muchos cuerpos celestes y no cuenta siquiera con una biografía.
He visitado nueve grandes librerías y ninguna tiene nada sobre él. ¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más? No creo: gracias a los científicos también nos divertimos, ellos inventaron las computadoras, Los iPod, los simuladores.
Además, salvo en algunos casos, los jugadores de fútbol nos hacen ver muy mal mundialmente y nuestros científicos, que nadie apoya no. Estoy segura que México es de los países que tienen algunos de los mejores científicos. Además nos hacen quedar muy bien. Son como los atletas paralímpicos que, sin apoyo, ganan medallas.
¿Por qué no apoyar una educación de excelencia? Tenemos derecho a ella. ¿Alguno de ustedes conoce a Guillermo Haro? Supongo que muy pocos. Y los que no, no tienen la culpa: cuando nuestro equipo de fútbol gana partidos de poca importancia hasta el Presidente los felicita y los entrevistan en todos lados. Cuando Guillermo Haro descubrió varias estrellas rojas y azules sólo lo felicitaron otros científicos…
Gracias a la ciencia calentamos en unos segundos la comida en el microondas, gracias a la ciencia nuestras madres no se pasan la vida lavando pañales. Estos inventos son resultado de las misiones al espacio. Por los científicos nuestra ropa es ligera y abrigadora. Por ellos podemos leer aunque se oculte el Sol o ver a cientos de kilómetros un partido de fútbol.
¿Les gusta la televisión a colores? Yo nunca conocí una en blanco y negro, y la televisión a colores fue invento del mexicano Guillermo González Camarena. Gracias a los científicos mexicanos podemos ver mejor las estrellas pues aquí se fabrican los mejores lentes de astronomía.
Hace un año el Instituto de Astronomía de la UNAM envió a las Islas Canarias un instrumento de precisión para el que será el observatorio más importante del mundo. Tiene nueve lentes y 270 piezas…
Y mirar astros nos debe importar porque somos, como escribió Carl Sagan, “polvo de estrellas”, de allí venimos. Países desarrollados como Alemania, Estados Unidos y Japón invierten mucho apoyo en ciencia. México cada vez invierte menos, y pese a ello contamos con grandes científicos como Guillermo Haro, que vivió y murió siendo un desconocido.
El premio Nobel de Química, Mario Molina nació en México, pero se tuvo que ir a Estados Unidos. Por desgracia no es el único caso. Muchos jóvenes científicos hacen lo mismo.
¿No podría nuestro gobierno invertir más en educación? Tenemos derecho a una educación de excelencia.
Me da pena que nuestro gobierno y nuestros empresarios inviertan tanto en fútbol y seamos tan malos. Me da pena que inviertan tan poco en ciencia y seamos tan buenos. Tenemos la mejor Universidad de Hispanoamérica según el periódico Time y cada vez le damos menos recursos a la UNAM. ¿Por qué no apoyar a lo que ya da resultados? Un País que no invierte en ciencia y educación siempre será un País pobre ¿Queremos un México pobre? ¿Seguiremos dejando que nuestros Mario Molina se vayan a otros países?
Tomado del blog http://iguerrero.wordpress.com/2008/10/16/carolina-aranda-cruz/

miércoles, 9 de junio de 2010

¿Nueva Ley Federal del Trabajo? La contrarreforma neoliberal panista-patronal

martes 8 de junio de 2010
¿Nueva Ley Federal del Trabajo? La contrarreforma neoliberal panista-patronal

Escrito por Román Munguía Huato
Lunes, 07 de Junio de 2010 20:03

México.

A principios de la década de los ochenta con las políticas neoliberales se han venido agudizando las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos entre otras causas por una escasa y deficiente organización gremial, derivada de un precario y débil sindicalismo clasista democrático e independiente. Pero es a partir de los años noventa que el capital local y foráneo decidió emprender una serie de reformas “estructurales” neoliberales, incluida la reforma laboral que comprende una modificación radical patronal a la Ley Federal del Trabajo, la cual contempla nuevas formas de regulación jurídica y cambios a las formas de contratación del trabajador, a las jornadas de trabajo, etcétera, para debilitar a los sindicatos y expoliar más a los trabajadores. Esta reforma laboral se viene aplicando gradual o directamente en los hechos prácticos y está en la agenda inmediata del gobierno calderonista. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) prepara ya el terreno para la reforma laboral con la revisión de 153 iniciativas de reforma a esa legislación, iniciada desde el 2002.

La Iniciativa Lozano –llamada así por el nombre del titular de la STyPS, Javier Lozano Alarcón–, es el proyecto jurídico del gobierno panista de Felipe Calderón para modificar la Ley Federal del Trabajo (LFT). Aunque el análisis de la iniciativa arrancó el pasado13 de abril, será hasta el nuevo periodo de sesiones de la LXI Legislatura, a partir de septiembre, que se pondrá en marcha el debate de tal propuesta. El sólo hecho que este secretario sea quien proponga una reforma a la LFT es para advertirnos claramente de su profunda naturaleza antiobrera y antisindical; es decir, estamos hablando de uno de los principales represores de los trabajadores mexicanos y de los sindicatos democráticos e independientes del país, y de aquellos organismos gremiales actualmente en conflicto con la parte patronal, como son, entre otros, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y la Sección 65 del Sindicato Minero, de Cananea, Sonora, actualmente en huelga contra la empresa Industrial Minera México, la más grande compañía minera del país, cuyo propietario es Germán Larrea, uno de los hombres más ricos del mundo y también uno de los principales responsables de la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, en Nueva Rosita, Coahuila, el 19 de febrero de 2006.

Además, Lozano Alarcón, definido como el camorrero de su jefe, el que hace el trabajo sucio, forma parte del grupo muy nutrido de altos funcionarios del gobierno federal envuelto en una profunda corrupción y en grandes escándalos, como es el caso del chino Zhenli Ye Gon y los misteriosos 205 millones de dólares escondidos en una mansión de Las Lomas de Chapultepec. Alarcón lo chantajeó para obtener fondos destinados a la campaña presidencial de Felipe Calderón. Lozano Alarcón, quien había sido subsecretario de Comunicación de Gobernación en el gobierno zedillista, ahora pretende ser uno de los políticos más serviles a los grandes empresarios para perfilarse como candidato panista presidencial al 2012.

Pero mientras que por un lado el gobierno espurio de Felipe Calderón trata de cumplir muy bien su papel de guardián feroz de los grandes capitales locales y extranjeros reprimiendo a los trabajadores, por otro, establece alianzas muy claras con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), representado por Elba Esther Gordillo; el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), representado por Carlos Romero Dechamps; y el Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), encabezado por Víctor Fuentes del Villar; tres de los más conspicuos dirigentes del charrismo sindical; por eso, es absolutamente demagógico y cínico lo dicho por Lozano Alarcón de que su iniciativa de reforma “acabará con muchos años de privilegios que gozaron las dirigencias sindicales”.

La LFT vigente data del 1 de mayo de 1970 y requirió diez años de elaboración. Promovida en 1960 por el presidente Adolfo López Mateos, quien reprimió el movimiento obrero democrático e independiente –especialmente las luchas de los trabajadores ferrocarrileros–, fue aprobada al final del periodo de Gustavo Díaz Ordaz, quien ordenó, a su vez, la matanza de cientos de estudiantes y pueblo en general en Tlatelolco, en octubre de 1968. Esta ley correspondió a todo un periodo histórico de la llamada política desarrollista (1940–1970) dentro del cual el capital tuvo una expansión significativa; pero eran ya los estertores de una economía proteccionista que casi una década después daría paso al neoliberalismo a partir de 1982 con el régimen de Miguel De la Madrid Hurtado. Sin embargo, fue durante el régimen oprobioso de Carlos Salinas de Gortari cuando en realidad se implantó drásticamente la política neoliberal, por lo que la LFT se constituía en un verdadero estorbo jurídico para una mayor sobreexplotación de la fuerza de trabajo. No obstante, en los hechos prácticos gran parte de la LFT, las medidas protectoras para el trabajador, queda anulada por la subordinación y complicidad de las autoridades de la STyPS y las Juntas de Conciliación y Arbitraje locales y federales con los intereses de la burguesía local y extranjera. Con la Iniciativa Lozano, se trata de adecuar el marco normativo laboral a una acumulación de capital más intensiva en la explotación de la mano de obra; en otras palabras, se trata de legalizar lo que en los hechos está sucediendo en los procesos productivos para que no haya ninguna o casi ninguna restricción jurídica para el capital en materia laboral: el paraíso laboral para el capital. Hablar del capitalismo salvaje es, precisamente, imponer casi en todos los órdenes sociales la ley del capital; no sujeto a ninguna ley más a la suya propia. En definitiva, se trata pues, de que la mano de obra sea lo más barata posible en el mercado laboral, tanto para el capital local como para las inversiones capitalistas externas. En gran medida, con la reforma laboral panista se pretenden atraer las inversiones de capital foráneo ofreciendo una mano de obra cuyo costo salarial sea lo más bajo posible.

“Desde el periodo presidencial de Miguel de la Madrid (1982-1988) y durante las administraciones siguientes –dice un artículo de La Jornada–, hasta la actual, el gran empresariado ha conseguido imponer reformas estructurales como apertura del mercado interno, «adelgazamiento» del Estado, liquidación de las estrategias de bienestar social y de subsidios a la economía popular, privatización masiva de bienes públicos, debilitamiento del ejido (mediante la modificación del artículo 27 constitucional), transferencia de los fondos de jubilación de los trabajadores a las corporaciones financieras privadas, políticas de contención salarial y de hostigamiento oficial a los sindicatos independientes, desregulación indiscriminada y aplicación de criterios fiscales que exoneran de la mayor parte de sus obligaciones a los grandes capitales y se encarnizan con los causantes cautivos.

“El resultado de ésas y otras reformas estructurales, que son el tren de aterrizaje del modelo económico neoliberal, ha sido catastrófico y trágico: el sector informal de la economía ha crecido junto con el desempleo (tanto el abierto como el disimulado por las cifras oficiales), la pobreza, la miseria y la marginación; se ha vuelto intolerable la desigualdad social causada por la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos; el país ha perdido soberanía en todos los ámbitos; buena parte del agro –al menos, la que no ha sido reestructurada en grandes industrias orientadas primordialmente a la exportación– ha sido arrasada; la migración se ha multiplicado, igual que la desintegración social y familiar. Tales condiciones han producido, a su vez, una descomposición institucional inocultable y una pérdida del control efectivo del territorio por los organismos del Estado, y se ha creado, así, el margen de acción para una violenta criminalidad que hoy en día escapa a cualquier intención de control o contención por parte de las autoridades.” [1]

En efecto, con la irrupción del neoliberalismo en el país la pobreza social se ha venido incrementando aceleradamente; una pobreza que viene acompañada con un creciente desempleo, la precarización del mundo del trabajo con la perdida de los derechos laborales relativos a la seguridad social (11 millones de empleados no cuentan con seguridad social), las prestaciones sociales, mayor empleo “informal”. Pero es el vertiginoso aumento de la subcontratación de la mano de obra (outsourcing; sous-entrepise: marchandage) lo que caracteriza la modalidad del empleo “formal”, todo ello bajo el marco de la llamada flexibilización laboral, lo que significa explotación intensiva e indefensión jurídica del trabajador. El outsourcing se practica especialmente en las maquiladoras, una producción de ensamblaje casi exclusivamente para el mercado externo. Las maquiladoras se han convertido en los hechos en “sweat shops”, talleres del sudor. Desde la llegada al poder presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN), en el 2000 con Vicente Fox, se dio un importante crecimiento de los contratos de protección en las maquiladoras. Por ejemplo, en Tijuana, al menos desde 1989, se calcula que más de 700 de las 890 maquiladoras de esa ciudad fronteriza tienen sindicatos fantasmas. Sindicatos “blancos” o “fantasmas”, el hecho es que los trabajadores están casi totalmente desprotegidos. En México, se estima que poco más del 90 por ciento de los contratos colectivos son contratos de protección para la patronal en manos de sindicatos “fantasmas”. Además, sólo uno de cada cien asalariados está incorporado a alguna organización sindical, lo cual refleja la desprotección en que trabajan miles de mexicanos. En el sector “informal” se encuentra 61 por ciento de la población económicamente activa (PEA). Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de 13 millones de afiliados que tiene registrados, 21 millones deberían estarlo (datos de 2007).

La propuesta patronal

El proyecto de decreto que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la LFT, que presentó el diputado panista José Gerardo De los Cobos Silva, el 18 de marzo pasado, consiste básicamente en:

Incluir nuevas modalidades de contratación individual.

Limitar la generación de salarios vencidos (caídos).

Eximir al patrón de la obligación de reinstalar al trabajador con una antigüedad menor a tres años al momento del despido.

Suprimir el escalafón ciego, a efecto de privilegiar la productividad.

Incorporar la multihabilidad obligatoria, como mecanismo para incrementar la productividad y los ingresos de los trabajadores.

Declarar la inexistencia de la huelga si el sindicato no cumple con los requisitos para el emplazamiento previstos en sus propios estatutos.

Negar el trámite a emplazamientos a huelga por incumplimiento al contrato colectivo o contrato ley, cuando no se precisen las violaciones y su forma de reparación.

Regular la subcontratación, tercerización u outsourcing.

Se propone, pues, la contratación a prueba de uno a seis meses, improrrogables, sin necesidad de ser contratados ocho horas diarias y seis días a la semana, así como el pago por hora.

Por supuesto, la propuesta panista pretende disfrazar los intereses del empresariado mexicano, especialmente los de la Confederación Patronal de la Republica Mexicana (COPARMEX). En la administración foxista el promotor fue Carlos María Abascal Carranza, entonces titular de la STyPS y ahora por Javier Lozano Alarcón. [2] En realidad, la Iniciativa Lozano pretende trastocar y nulificar derechos inalienables de los trabajadores mexicanos tales como: la estabilidad en el empleo, la contratación colectiva, el tiempo del empleo contractual como fuente de derechos, la jornada de 8 horas, el derecho a la sindicalización y a la autonomía e independencia sindicales, el derecho de huelga y el derecho a un salario suficiente entre muchos otros.

Los diputados panistas arguyen que “la economía mexicana demanda acciones urgentes para alcanzar mayor productividad y competitividad. El índice de competitividad del Foro Económico Mundial, que incluye a 133 países, muestra que México ocupa la posición 115 en eficiencia y participación de la mujer en el mercado laboral. Según el índice Doing Business del Banco Mundial, de 181 naciones, nuestro país se ubica en el lugar 103 en el índice de dificultad de contratación; en el 116 en el costo por despido y en el lugar 98 en el índice de flexibilidad en los horarios laborales. Los indicadores de competitividad muestran que México tiene la necesidad de realizar cambios estructurales, como lo es la adecuación de la legislación laboral, ya que los costos de no impulsar una reforma efectiva se traducirán en mayores repercusiones económicas para ésta y las próximas generaciones.”

Se dice pues que “con la reforma a la Ley Federal de Trabajo (LFT), México podría avanzar de 20 a 25 posiciones en el indicador de eficiencia laboral, uno de los 12 pilares de competitividad que evalúa el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). En el último año nuestro país cayó cinco lugares en ese rubro y obtuvo su peor calificación, al ubicarse en el sitio 115 de 133 naciones, por debajo de Bangladesh, Mali, Nepal, Filipinas y Sri Lanka, señala la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Con las modificaciones a la LFT, México podría colocarse en niveles similares a la India, Brasil y Rumania en eficiencia laboral, y avanzar tres posiciones en el Índice Global de Competitividad del WEF, donde actualmente se ubica en el escalón 60.”[3] Con todo ello, lo que también está detrás de esta reforma es que los trabajadores sean quienes carguen el pesado fardo de la crisis económica. Según los legisladores panistas, y quienes apoyan esta iniciativa, esta reforma sería la panacea para resolver los graves problemas económicos y sociales del país; por un lado, la competitividad y, por otro, el desempleo. Desde la visión empresarial, la competitividad esta asociada con el aumento de la productividad, y esta última con un mayor rendimiento del trabajador, pero con salarios miserables y desprotegidos socialmente. “Acción Nacional pretende esconder que en el fondo «su propuesta» intenta ofrecer la fuerza de trabajo mexicana en charola de plata a los inversionistas nacionales y extranjeros. Esto es, la profundización de la explotación intensiva y extensiva de nuestra fuerza de trabajo, y con ello, la maximización de la extracción de la plusvalía generada por los trabajadores, es decir, multiplicar las tasas de ganancia y una mayor acumulación de capital, para una oligarquía insaciable y rapaz.”[4]

Bajo las actuales circunstancias, el capital está imponiendo condiciones draconianas para el grueso del pueblo trabajador y quiere ir por todo; es decir, desmantelar toda medida reguladora y proteccionista de la fuerza de trabajo, que significa grandes conquistas de clase del proletariado mexicano, emanadas del proceso revolucionario del siglo pasado. Para los trabajadores debe estar claro que esta iniciativa de reforma laboral atenta radicalmente contra sus intereses de clase y que nunca será la solución a la profunda crisis económica y social del país; por el contrario, lo hundiría más en ella. Se requiere iniciar un proceso urgente de (re)organización de los propios trabajadores y sus sindicatos. Es imprescindible constituir un frente único de resistencia proletaria, una de cuyas tareas debe ser, como bien lo propone el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME): “El rechazo total y absoluto a ese proyecto patronal-panista de reforma a la LFT, para lo cual, llamamos a todos los trabajadores y las direcciones sindicales; a organizarnos desde la base de nuestros sindicatos; a organizarlos ahí donde no los haya; a establecer coordinaciones locales, estatales y a nivel nacional; a preparar un gran encuentro nacional de todos los referentes gremiales y sindicales, y sobre todo, a movilizarnos intensiva y masivamente para detener este gravísimo atentado contra la clase trabajadora en su conjunto. Exigir la inmediata renuncia de Javier Lozano Alarcón de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, por ser un factor de confrontación social en virtud de ser un funcionario absolutamente parcial a los intereses de la clase dominante y de perjuicio a la clase trabajadora. Establecer una alianza de largo aliento entre los trabajadores sindicalizados y los trabajadores sin salario patronal, los cuales desde ahora, anuncian que se suman a la lucha en defensa de la LFT, con sus propias demandas justas y legítimas. De manera inmediata, llamamos a todos los trabajadores a organizar el próximo primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, como una gran jornada nacional de protesta y rechazo a la reforma patronal-panista y por la exigencia del cumplimiento irrestricto de lo establecido en el Artículo 123 Constitucional y en la LFT.”


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[1] Ceesp: ¿más reformas estructurales? La Jornada, México, 19 de abril del 2010.

“En el más reciente Análisis económico ejecutivo, reporte semanal del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), se apremia a la clase política, y en particular a los integrantes de la actual legislatura, a aprobar las reformas estructurales «pendientes», en especial las que se refieren a competencia y las propuestas de reforma laboral y del Estado. El organismo llama a aprovechar las oportunidades generadas por la crisis económica, a fin de «hacer más productivo al país» y «ganar terreno a nivel mundial».”

[2] Abascal Carranza hablaba de una Nueva Cultura Laboral, pero ese concepto se dejó de lado en la actual iniciativa. Aunque suene a surrealismo puro, "El presidente de la Comisión para las Causas de los Santos, de la arquidiócesis de México, Gerardo Sánchez, se mostró sorprendido por la urgencia con que el grupo Provida, apoyado por organizaciones como los Caballeros de Colón y la Unión Nacional de Padres de Familia, solicitó que se inicien los trámites para la canonización del exsecretario de Gobernación Carlos Abascal Carranza, por haber «vivido plenamente su fe cristiana, sin abandonar sus principios y buscar siempre el bien común... Jamás renegó ni se avergonzó de Cristo...». «¡Santo súbito!»... «¡Santo súbito!»... es el clamor de muchos fieles católicos mexicanos, encabezados por el Comité Nacional Provida, que ya quieren ver en los altares al recién fallecido Carlos María Abascal Carranza, secretario del Trabajo y de Gobernación durante el sexenio foxista. Proceso, 5 de enero de 2009. Rodrigo Vera. Ciertamente, Abascal Carranza, recomendaba a los jóvenes encomendarse a la Divina Providencia para solucionar sus problemas de empleo.

[3] El Financiero, Lunes, 19 de abril de 2010.

[4] Resolutivo General del Foro de Análisis sobre el Proyecto de Reforma Laboral presentado por el Partido de Acción Nacional, organizado por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). 15 de abril de 2010.


Fuente
Publicado por Radio SME en 14:30

miércoles, 2 de junio de 2010

Decidió Fernando Toranzo enseñar las garras y los colmillos

Carta de José Enrique González Ruiz.


A La Jornada San Luis.

A la Jornada nacional


Decidió Fernando Toranzo enseñar las garras y los colmillos, al ordenar la detención de la licenciada Fracisca Reséndiz Lara, dirigente del Sindicato Independiente de Trabajadores y Trabajadoras de Gobierno del Estado (SITTGE).



Sus antecedentes navistas se perdieron en la tradicional conducta represiva y corrupta del Partido Revolucionario Institucional.



Hizo méritos para cargos mayores, de acuerdo con la escala de "valores" del tricolor.


Algunos potosinos se destantearon cuando llegó Toranzo a la gubernatura.



Creyeron que habían terminado la prepotencia y la soberbia que caracterizaron a Marcelo de los Santos.



Estaban equivocados, pues no tomaron en cuenta que el galeno (que en la campaña quiso mimetizarse con Salvador Nava al denominarse "El doctor") ya había drestruido un sindicato cuando colaboraba con su prececesor.



Salimos de Guatemala y entramos en Guatefox, diría nuestro pueblo.



El gobierno torancista le inventó delitos a Francis.



Ninguna de sus acciones puede tipificarse como contraria a la ley, pues se ha limitado a defender a los agremiados al SITTGE y a ejercitar derechos constitucionales.



Ha contado con la colaboración de "periodistas" que viven del cochupo gubernamental, que denostan y agreden con su pluma a la limpia lideresa.



Toranzo va a fracasar, porque la Justicia federal no se prestará a validar su turbia fabricación de delitos. Tendrá que tratar con el SITTGE los problemas laborales de sus trabajadores, porque los neoliberales en el poder aún no consiguen cambiar el artículo 123 constituciona ni la Ley federal del Trabajo.



Y la historia lo registrará como represor y como atrabiliario.



Libertad a Francis es la demanda de los potosinos y las potosinas que no comulgan con el autoritarismos priista.


Atentamente:

José Enrique González Ruiz.

Se incrementará la importación de alimentos

Se incrementará la importación de alimentos
La producción nacional sigue a la baja

México SA
http://www.jornada.unam.mx/2010/05/31/index.php?section=opinion&article=028o1eco
CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

Tres organismos internacionales (Cepal, FAO e IICA) advierten tristemente que en este año de la recuperación, México incrementará aún más la importación de alimentos (léase aumentará su dependencia alimentaria) por la sencilla razón de que la producción nacional en este renglón se mantiene a la baja, mientras la autodenominada autoridad se mantiene en la fiesta y tan delicada proyección no le quita el sueño. Y como muestra un botón documentado por el Inegi: en el primer trimestre de 2010, México erogó 4 mil 291 millones de dólares para comprar alimentos en el mercado internacional (fundamentalmente en Estados Unidos), lo que representa un crecimiento de 14 por ciento respecto de igual periodo de 2009, y equivale, en ese lapso, a un gasto de 2 millones de dólares por hora.
El sábado pasado, en este espacio, se comentó el informe Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe 2010, elaborado por la Cepal, la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en el que se advierte que México, que ya era uno de los principales importadores netos de la región, ahora depende aún más de las importaciones, y no precisamente de artículos suntuarios, sino de los prioritarios. El estómago nacional, pues, depende en grado sumo de lo que se produzca, de lo que cueste y de lo que en la materia se decide fuera del país.
Pues bien, entre el barullo de las matracas y los silbatos que festejan el regreso a la normalidad, porque la crisis ya se acabó, el Inegi informa que de enero a marzo, por ejemplo, la importación de pescado fresco o refrigerado se incrementó casi 50 por ciento, para abastecer a un país con más de 10 mil kilómetros de litorales; que la de café reportó un crecimiento de 105 por ciento, justo para un país con uno de los mejores granos del mundo; que, para no variar, la compra de maíz en los mercados internacionales avanzó alrededor de 20 por ciento, precisamente en un país cuya dieta fundamental se basa en ese cereal, y que, en fin, la de azúcar registró un crecimiento de casi 260 por ciento, en un país que no hace mucho exportaba grandes cantidades del dulce.
Qué peligroso regresar a la normalidad, porque, como se ha comentado en este espacio, desde hace muchos años –con mayor intensidad desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte– la dependencia alimentaria registra un avance igual de sostenido que de peligroso. El estómago nacional cada día depende más de los abastecedores externos, y sólo en situaciones de crisis –la del catarrito, por ejemplo– se observan descensos relativos en el volumen y valor adquirido en el mercado externo –el estadunidense, fundamentalmente–, pero al primer signo de lo que algunos llaman reactivación económica dichos indicadores repuntan alegremente para seguir la escala ascendente.
Para dar una idea más amplia de cuál es el delicado problema, vale subrayar que en la última década México ha gastado algo así como 150 mil millones de dólares (40 por ciento de ellos en el calderonato) para adquirir alimentos en el exterior y comercializarlos en un país en el que se producía prácticamente todo lo que ahora se compra allende nuestras fronteras y a precios cada día más elevados.
El sexenio calderonista arrancó con severos aumentos de precios en los alimentos; esta situación se agravó en 2007 y 2008; aún más con el catarrito, pero el inquilino de Los Pinos asegura que se trata de una coyuntura alimentaria, la cual, dicho sea de paso, acumula varias décadas. En el recuento, vale recordar que 30 años atrás el entonces presidente José López Portillo anunció con bombo y platillo el llamado Sistema Alimentario Mexicano (SAM), que establecía metas de consumo alimentario y medios para satisfacerlas desde dos vertientes fundamentales: un rápido aumento en la producción de alimentos básicos y apoyos múltiples al consumo de las mayorías empobrecidas de México, y advertía que el país tiene todas las posibilidades históricas y materiales para tomar un rumbo que revierta vigorosamente tendencias que, en estos momentos de graves definiciones internacionales, nos pueden conducir a la desnacionalización por la vía de la dependencia económica y tecnológica... (estamos ante) la quizá irrepetible y única posibilidad de satisfacer sin concesiones innecesarias nuestro gran potencial de crecimiento, ampliando la base productiva y el mercado interno, sentando así bases sólidas de soberanía y de una economía eficiente y poderosa.
¿Qué sucedió? La importación de alimentos se incrementó y el sucesor de JLP, Miguel de la Madrid, quiso revertir esa tendencia con otro programa: el Nacional de Alimentación (Pronal), que prometía lo mismo que el SAM (autosuficiencia alimentaria para resguardar la soberanía nacional y elevar el nivel de vida de los campesinos), con el añadido de reducir en cuando menos 30 por ciento la compra de alimentos en el exterior. Logró exactamente lo contrario, y aumentó aún más la adquisición de alimentos en los mercados internacionales. Llegaron Salinas, Zedillo y Fox, cada cual con su oferta de gobierno, y la importación de alimentos creció y creció, a grado tal que alrededor de la mitad de lo que los mexicanos comen proviene del extranjero, principalmente del norte, mientras el campo produce pobres y migrantes al por mayor, que ya no migran a las grandes ciudades, sino directamente al mismo norte que nos abastece.
¿Y con Calderón? Lo mismo, con idéntico discurso (la seguridad alimentaria es un asunto de Estado). Se comprometió a paliar la situación financiera de los mexicanos ante el incremento de los precios de los alimentos a escala mundial y a facilitar el abasto y el acceso de los consumidores mexicanos a los mejores precios de los alimentos en el mercado internacional; impulsar la producción de alimentos y aumentar la productividad del campo mexicano. Nada de eso sucedió. El Inegi documenta que sólo en 2009, el año de la gran crisis y de la astringencia de divisas, salieron de México alrededor de 16 mil 235 millones de dólares para adquirir alimentos, 22 por ciento menos que en 2008 (casi 21 mil millones), pero no por el incremento interno de la producción, sino, precisamente, por la crisis.
Las rebanadas del pastel
Con todo y el creciente gasto en importación de alimentos, en 2006, 14.42 millones de mexicanos se encontraban en condición de pobreza alimentaria, y para 2008 sumaban 19.46 millones. De acuerdo con el Coneval, 46 por ciento de la población registra algún grado de inseguridad alimentaria (de leve a severo). Y van por más.