Bajo Libia hay más de 35 mil kilómetros cúbicos de agua dulce, en las cuencas de Kufra, situada en el sureste cerca de la frontera con Egipto, con una capacidad estimada de 20.000 km³; de Sirte (10.000 km³); de Murzuk, al sur de Jabal Fezzan (4.800 km³) y las cuencas Hamadah y Jufrah, que se extienden desde el Arco Qargaf y Jabal Sawda a la costa. Pero, la mayor acumulación del norte africano es el acuífero de Piedra Arenisca, en la región de Nubia, en la parte oriental del desierto del Sahara, entre Libia, Egipto, Chad y Sudán, que contiene 75.000 kilómetros cúbicos de agua dulce. Por lo tanto, el agua y no el petróleo parece ser el móvil real de la actual guerra de intervención de la OTAN en Libia que, produce menos del dos por ciento del consumo mundial de petróleo. Es decir, sería así la primera guerra del agua, pero tampoco es independiente del interés petrolero.
Otras teorías son también validas desde la perspectiva de que Libia y su independencia del mundo globalizado impuesto por el capitalismo salvaje, eran la principal amenaza para las hegemonías de la geopolítica actual.
Sin embargo
para ver la magnitud de estas cifras y entender mejor esta teoría. Hago un
comparativo de la cantidad de agua subterránea que existen en Libia, y el agua
que existe en México:
Libia_ agua subterránea-
35,000 kmᶾ ….. México: 458ᶾ km de agua en promedio al año. (Conagua)
México: 150 kmᶾ almacenados en 400 presas
México usan: 78.9 kmᶾ al año
Estas reservas de Libia equivalen a 76
veces el agua disponible promedio al año de México. Equivale a más de 200 veces el agua que se almacena en
las 400 presas de México y con las reservas subterráneas de Libia, México
tendría agua para usar por más de 400 años.
Viéndolo desde
esta perspectiva, esta riqueza hace buen negocio cualquier invasión a cualquier país.